Música clásica y barroca en el tratamiento de la depresión y la regeneración del cerebro
El Dr. Miguel Ángel Mayoral investigador mexicano, el cual tiene una línea de investigación desde hace varios años sobre los interesantes efectos de la música en el cerebro, me compartió lo siguiente en una entrevista:
“Lo más fascinante de la música es que es un potente inductor de eventos de neuroplasticidad (la creación de nuevas conexiones entre las neuronas en el cerebro), y si esto ocurre, y el cerebro se regenera (aún en adultos), todo el cuerpo se ve afectado positivamente.
Otros efectos, no solo los regenerativos, induce el aumento del rango de oxigenación y por tanto del índice metabólico, de forma similar a lo observado con el ejercicio aeróbico.
Por ejemplo: induce la expresión de proteínas asociadas con la adecuada función cerebral, como neurotrofinas, que promueven el crecimiento y contacto interneuronal a través de la sinapsis; y creo que la parte medular y que es motivo de mi reciente proyecto, es que ejerce funciones estimulantes positivas a nivel del centro de control vital: el tálamo.
Estoy convencido que la música ejerce cambios estructurales a nivel cerebral. Prueba de ello es la distribución diferencial de fibras que interconectan al cerebro en músicos y no músicos; la capacidad cognitiva, la diferencia en funciones superiores en unos y otros. Algunos estudios demuestran que los músicos presentan una mayor actividad cerebral: tienen un 130% más de materia gris cortical, un 15% de aumento del cuerpo calloso y mejor robustez del cerebelo, además diferencian los errores musicales y ortográficos.”
“El Efecto Mozart mal interpretado”
La interpretación equivocada del Efecto Mozart, es la noción que tiene el común de las personas de que escuchar música clásica convertirá a tu bebé o pequeño en un gigante intelectual, lamento comentarte que esto ha sido ampliamente desmentido. Sin embargo un número creciente de investigaciones sugiere que la música puede desempeñar un papel importante en ciertos aspectos de la atención médica, incluido el manejo del dolor, la neuroplasticidad y la depresión.
Y para todo esto, ¿Qué es la depresión?
La depresión es una enfermedad del estado de ánimo, que sucede cuando los sentimientos de tristeza, pérdida, placer, ira o desinterés interfieren con la vida diaria por un largo tiempo.
Existe pérdida significativa de peso sin hacer dieta o incremento del mismo, aumento o disminución del apetito, insomnio o demasiado sueño casi todos los días. Fatiga o pérdida de energía, sentimientos de desvalorización o de culpa, se presenta menor capacidad de pensar o concentrarse, puede haber pensamientos de muerte y en su forma más grave, puede conducir al suicidio.
“Actualmente los tres tratamientos médicos aceptados y reconocidos para la depresión son la psicoterapia, la terapia farmacológica y la terapia electroconvulsiva (principalmente para el tratamiento del trastorno depresivo mayor), sin embargo los resultados de los tratamientos farmacéuticos para la depresión, que utilizan antidepresivos tricíclicos o inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina” (Ferguson et al., 2005), no hacen ninguna diferencia en la probabilidad de intentos de suicidio. La depresión es un problema de salud pública muy importante y a pesar de la existencia de los diferentes tratamientos farmacológicos, muchos pacientes permanecen sin alivio, por lo que hay la necesidad de buscar nuevos tratamientos y recursos que los puedan ayudar.
Los efectos de la música en la depresión
Se han hecho diversos estudios en los que se demuestra que la música clásica y barroca estimula sentimientos benéficos y disminuyen la depresión.
Está documentado el Efecto Mozart (sonata para dos pianos en D mayor K. 448) mediante aumento de la capacidad cerebral y la estimulación de diferentes vías neuronales. También se sabe que los conciertos italianos de Bach mejoran la memoria y la capacidad de aprendizaje, así como las sonatas de Corelli han sido utilizadas para mejorar el desarrollo neuronal en bebés prematuros. Al igual que en un estudio en adolescentes mujeres, en el que se comparó musicoterapia y terapia de masaje para la depresión, se vio la disminución de las señales electroencefalográficas en el lóbulo frontal derecho de 20 Hz, también en ese estudio se observó menores puntajes es decir mejoras en la depresión de quienes fueron tratadas con musicoterapia.”
El estudio liderado por el investigador mexicano, el Dr. Miguel Angel Mayoral y otros, publicado y presentado en la Academia de Ciencias de Nueva York en el año 2010, estudió el efecto de la musicoterapia en comparación con psicoterapia en 72 pacientes.
En dicho estudio el grupo de musicoterapia fue expuesto a una selección de Bach de los conciertos barrocos en F mayor, BMW780, así como al concierto grosso en D Major, Op.6 de Arcangelo Corelli y música clásica de Mozart la sonata para dos pianos en D mayor K 448, de acuerdo a otros estudios que documentaron beneficios neurobiológicos de estas obras.
La música autoadministrada fue de 50 minutos por día, con una sesión semanal en grupo donde fue monitoreado que no hubieran estresantes, distractores o disconfort en los participantes. Por otro lado, a los pacientes de psicoterapia se les dieron sesiones de psicoterapia cognitivo conductual una vez a la semana por 30 minutos por un experto en la materia.
“Al comienzo del estudio, muchos de los pacientes elegidos no mostraron una buena disposición para escuchar la música, pero más tarde, no solo demostraron estar interesados, sino que también pidieron más música de este tipo.
Los resultados del estudio coinciden con otros estudios al respecto, en que la música clásica y barroca estimulan sentimientos benéficos y disminuyen la depresión. Los estímulos de la música pueden ser utilizados junto con otros tipo de terapias contra la depresión.
Cuando se comparó el grupo de musicoterapia y el de psicoterapia con la prueba de Friedman encontraron un valor p = 0.0356 lo cual es estadísticamente significativo en favor de la musicoterapia (lo que significa que existen 96.5% de posibilidades de encontrar un resultado similar al del estudio al aplicar el mismo protocolo de musicoterapia a algún paciente, lo cual es significativo).
Bajos niveles de dopamina y un menor número de receptores de dopamina en el cerebro son dos de las principales causas de depresión. La música de Mozart mejora la neurotransmisión dopaminérgica, mejora y/o regula diversas funciones cerebrales por tanto podría ser capaz de eliminar síntomas en enfermedades que involucran disfunción dopaminérgica incluida depresión. La música activa las regiones cerebrales involucradas en la recompensa y la emoción, y puede provocar respuestas intensamente placenteras en estas áreas (Blood & Zatorre, 2001).
En este punto, la exposición a la música mejora las neurotrofinas, como el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) y la producción del factor de crecimiento nervioso (NGF) en el hipotálamo (Angelucci, Ricci, Padua, Sabino y Tonali, 2007). Se ha demostrado que la música de Mozart mejora el BDNF y su receptor, llamado TrkB (Chikahisa et al., 2006), así como la expresión de sinaptofisina (Rickard, Toukhsati y Field, 2005), la sintaxina y la proteína Bcl2 antiapoptótica (Alladi). , Roy, Singh y Wadhwa, 2005). Por otro lado, la psicoterapia mejora las respuestas posteriores al tratamiento para los pacientes deprimidos, pero los beneficios no se mantienen en el seguimiento a más largo plazo (Merry, 2008).
La música parece ser segura, barata y de fácil administración, se podría administrar en conjunto con otros tratamientos contra la depresión.
La depresión es un problema de salud importante y a pesar de los tratamientos farmacéuticos muchos pacientes permanecen sin alivio. Las personas que tratan a pacientes deprimidos podrían usar la música para mejorar los efectos de la disminución de la depresión y las discapacidades, y promover sentimientos de poder.”
Una visión integral de la depresión
La depresión es una enfermedad en la que, como en cualquier otra, es importante tener una visión integral para obtener los mejores resultados en su tratamiento, abandonar la idea reduccionista y equivocada como profesional de la salud o paciente de que la depresión se cura con una pastilla.
La vida es integral y todo afecta, las causas de la depresión pueden ser muchas y variadas, por lo que conviene determinar cada una de estas posibles causas (endocrinológicas, psicológicas, enfermedades, circunstanciales, estilos de vida, estrés, etc) y darles atención a cada una. También es necesario identificar todos los aspectos de estilo de vida causantes de depresión (alimentación, alcoholismo, sedentarismo, uso de estimulantes y drogas, aislamiento, etc) y hacer el esfuerzo para mejorar dichos aspectos. Solo así y utilizando los diferentes tratamientos contra la depresión cómo la musicoterapia encontraremos mejores y más duraderos resultados.
Incluir a la música clásica y barroca en nuestra vida parece ser una buena idea, no solo por el placer sensorial que produce, sino también por el potencial que posee de estimular a nuestros cerebros, hacia la creación de nuevas conexiones neuronales (neuroplasticidad) y una menor tasa de neurodegeneración (deterioro cerebral).